Aun guardo tu cigarro de después del invierno, y así la primavera me ha marchitado por completo.
Te he visto en cada tren. Cada día y en cada cigarro.
Que he imaginado miles de ilusiones en tu boca.
Verás que la vida nos acaba asaltando. Así que antes, enséñame a odiar.
Aun no tengo ni puta idea de cómo va esto.
Ahora dime qué coño esperas de la vida si no nos deja salir de ésta.
Déjame bailar una última canción, que en menudos ojos me he metido.
Y quizá me vaya sin despedirme; volveré sin avisar.
Ya no recuerdo lo que venía buscando, pero aquí sigo.